En estos tiempos que vivimos observamos como cambia nuestro entorno con las crisis, crisis específicamente de dos tipos: económicas y sociales.
Las crisis económicas alimentan en gran manera a las crisis sociales, y esta última regresa sus consecuencias a la economía, ya que aumentan fenómenos como la corrupción en todos sus niveles, la falta de valores y de escrúpulos que existen en varias personas se acrecienta, ya no existe el respeto por el otro, y para sobrevivir algunas personas optan por aplastar al otro porque piensan que es la manera de sobrevivir.
El ámbito laboral y empresarial se ve seriamente afectado por estos fenómenos, ya que además de la vida familiar, la vida laboral es sumamente importante ya que es donde el ser humano dedica más de la mitad de sus horas hábiles, y donde también encuentra un medio de relaciones, pero lo cierto es que ante las crisis sociales no hacemos nada, porque pensamos que lo malo que sucede a nuestro alrededor no forma parte de nosotros, que es algo que le ocurre al de al lado, al vecino, a la empresa aquella… y pensamos que no ocurre donde estamos trabajando nosotros, donde algunos lideran o que esas cosas no pasan en nuestro negocio. Observamos la incompetencia de los burócratas de la dependencia tal, o la sobreexplotación que tiene fulano de tal para sus empleados, la toxicidad de la gran empresa aquella, pero no nos ponemos a observar el lugar en donde estamos nosotros.
En el caso del acoso laboral, que afecta en gran manera a las organizaciones, este se ve acrecentado por esta escasez de empleo, de oportunidades laborales, y por la indiferencia de nosotros mismos cuando nos decimos que “eso no ocurre donde yo estoy”
Es importante mencionar los esfuerzos de organizaciones por la buena imagen son buenos pero no siempre reflejan la realidad, ya que de que nos sirve tener distintivos, acreditaciones si en la realidad las personas se vuelven más sutiles e ingeniosas a la hora de realizar atentados en contra de sus semejantes y a largo plazo en perjuicio de la propia empresa.
Para evitar que existan situaciones de este tipo, es necesario que se esté atento a las conductas que existen entre los compañeros de trabajo, o de los empleados según el caso.
Hay que ser conscientes de que los acosadores van a buscar la manera de salir impunes y de no ensuciarse las manos, para maquillar las cosas, las agresiones se convierten en criticas disfrazadas de constructivas, se buscará el ocultar la información para hacer caer en errores al trabajador acosado, se difundirán rumores, y conductas similares, las cuales por si solas y de forma aislada no representan un gran perjuicio para la persona que es acosada, sino que el perjuicio lo representa el conjunto de ellas, es decir es equiparable a una tortura pero en el ámbito psicológico de la persona.
Las medidas que podemos tomar si somos trabajadores de una empresa es no volvernos cómplices de los acosadores, por ejemplo, evitar escuchar y menos difundir rumores, o en general hablar o escuchar cosas malas de una persona que trabaje con nosotros, levantar la voz si observamos alguna injusticia, y fomentar una buena comunicación y cordialidad entre las personas con quienes se labora condenando cualquier tipo de burla o agresión hacia alguien que nos rodee.
Si estamos al frente de una empresa, es importante conocer a los empleados en la medida de lo posible, estableciendo metas claras y exigir los resultados de productividad esperados siempre y cuando se ajusten a las posibilidades y capacidades de los trabajadores evitando invadir su esfera personal o irrespetando el horario de trabajo cuando no existe la necesidad de ello, delimitando correctamente las funciones de los trabajadores, y difundiendo información y capacitación a los trabajadores en materia de mobbing en la empresa, además es importante tener actualizados y a la vista de todos el reglamento interior de trabajo, el código de ética de la empresa y sobre todo contar con protocolos de actuación en caso de que se presenten casos de acoso laboral dentro de la empresa.
Como observación final, es importante no caer en la confusión de muchos: los trabajadores que sufren mobbing en ningún caso son aquellos incompetentes u holgazanes, y la empresa estaría en su derecho de prescindir de ellos ya que el problema proviene de ellos mismos, sin embargo cabe aclarar que realmente quienes son objeto de acoso son aquellos que se esfuerzan en su trabajo, son personas eficientes, dedicados pero que ante los ojos de una persona con cierto desequilibrio resulta una amenaza, y son agredidas psicológicamente, es decir es un factor externo a las víctimas lo que hace que su capacidad se vea mermada.
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