En muchos ámbitos de la vida diaria, la intimidación es utilizada para imponerse ante otros, desde el ámbito escolar en los primeros años de vida, mundo de los negocios, vida familiar, y por supuesto en el área laboral.
La palabra intimidar, viene del latín intimidāre, que significa causar o infundir miedo; por lo tanto el miedo que alguien deliberadamente causa a otro, siempre tiene un objetivo que es que la persona actúe de cierto modo y generalmente con intereses contrarios a la misma, es simplemente una forma de coacción psicológica utilizada por personas manipuladoras o sin escrúpulos y ésta puede ser expresada en múltiples formas, y evidentemente los agresores que actúan bajo las conductas consideradas como mobbing dentro del ámbito laboral no son la excepción.
Muchas personas piensan que para una buena comunicación basta expresarse con claridad verbalmente hablando, sin embargo según el investigador Albert Mehrabian el 93% de la comunicación humana es comunicación no verbal y solo el 7% es verbal; ahora bien de ese 93% de comunicación no verbal, un 38% es comunicación vocal (correspondiente al tono, matices y otras características) y un 55% correspondiente a señales y gestos.
La expresión verbal clara, la que corresponde a ese 7%, es únicamente para comunicar información, y el resto para comunicar emociones, actitudes, y estados de ánimo personales.
De esta forma podríamos comprender cuán sutil puede ser un ataque por parte de un acosador, y la razón por la cual no resultan tan evidentes las agresiones en el caso del mobbing.
Intimidación verbal.
El intimidador, pretende infundir temor y amenazas ya sea directamente o en forma sutil y hasta “educada” a la persona intimidada.
Estas agresiones entran en el modo de la violencia moral, psicológica ya que no dejan huellas como en la violencia física, pero su objetivo es siempre el mismo, aniquilar psicológicamente a la persona y someterla hasta que salga de la organización totalmente debilitada y como culpable de un mal desempeño laboral.
Según un artículo titulado "The Art of Verbal Intimidation : Learn it and fight back! (El Arte de la Intimidación Verbal: Aprenderla y luchar contra ella)", existen varias técnicas de intimidación que quedan resumidas en los siguientes ejemplos con algunos consejos prácticos para quienes son víctimas de las conductas descritas:
“El truco de la pregunta y cortar la respuesta
La técnica de intimidación es muy sencilla. El instigador hace una pregunta y antes de terminar la respuesta, formula la siguiente pregunta. El instigado no tiene la oportunidad de explicar sus respuestas. Generalmente el miedo a ser malinterpretado, poco comprendido o quedarse fuera de contexto puede generar una sensación de creciente de nerviosismo y de tener la sensación real de incapacidad de comunicar de forma ordenada y racional lo que tiene que decir.
La defensa adecuada a este tipo de intimidación consiste en hacer una pausa y, seguidamente, contestar educadamente: "Voy a responder a su pregunta, cuando haya terminado con la primera". Generalmente, el instigador dirá en un tono sarcástico: "Estamos avanzando". A lo que hay que responder con determinación: "Avanzaremos, cuando acabe". El tono de la respuesta es muy importante. Hay que responder con un tono tranquilo, sin emotividad y con confianza.
Así que la primera recomendación es no dejar que tomen el control de la conversación tratando de hacer "cortes" arbitrarios y gratuitos que impliquen un desdeño de lo que habla la persona en cuestión y del valor e interés de sus respuestas.
La técnica de gritar
Algunos jefes gritan a los demás como si fueran niños. No permita que esto ocurra. Sólo hay dos personas que están autorizados a hablarle a una persona de esa manera, su madre y su padre. El atacante verbal está tratando de transmitir ese dominio sobre una persona.
El artículo recomienda que si alguien le grita a otro en el lugar de trabajo con otras personas observando, es necesario que esa persona permanezca tranquilo y que desarme completamente al intimidador. Aunque la respuesta recomendada puede sonar a "contraproducente" para la carrera profesional del "subordinado", lo cierto es que hay que contrarestar esas actitudes y formas a través de un tipo de respuesta que denomina "humillación sutil". Ejemplo de una respuesta dada en un caso real:
Entiendo la preocupación. Aunque sí creo que está siendo muy emocional en este momento. Vamos a hablar de esto una vez que haya tenido la oportunidad de calmarse.
Probablemente su jefe le puede responder algo así: No! Estamos hablando ahora!
A lo que también se le puede responder: Voy a hablar con usted, pero no le permito que me grite. Usted es mi jefe y yo le respeto a usted, pero usted no es mi madre.
Algunos pueden pensar que se corren riesgos respondiendo de esta forma. Lo cierto es que según el autor de este artículo el que así respondió acabo tomando el relevo de ese jefe meses más tarde.
Abrumar con información
Otra de las técnicas de intimidación es la de abrumar con una información muy densa y abundante. La utilizan los abogados cuando intentan llegar a un acuerdo con la parte contraria, Por ejemplo, el uso de una jerga técnica densa, prolija documentación jurídica, cúmulo sinfin de referencias... hasta que la "víctima" se sienta abrumada y tenga una sensación de ahogo emocional. Los que la practican no lo hacen con el propósito de informar, sino de intimidar.
Al hacerlo pretenden que un sujeto se sienta abrumado y con esto que se avenga a cooperar.
La defensa en estos casos consiste en "activar" su curiosidad, mostrando interés en aprender "cosas nuevas". Esa actitud puede volver loco a su atacante. El objetivo es que cada cosa por pequeña que sea, se la explique con detalle y claramente, mostrándose deseoso de aprender. Sonriente, atento y con actitud curiosa. Si mantiene su confianza, le sacará a su intimidador una cabeza de ventaja.”
Tomando los ejemplos anteriores del artículo citado, sea cual sea el tipo de agresión que ocurra en la organización, debe de ser consiente de tener una comunicación clara, transparente y respetuosa en todo momento, y sobre todo efectiva procurando siempre que existan personas a su alrededor que puedan testificar a su favor en un momento determinado, e intentar dejar clara la línea de respeto hacia su persona.
En muchas ocasiones, cuando se trata de casos de mobbing, todos los intentos posibles por arreglar las cosas y tener una comunicación efectiva con su agresor resultarán infructuosas, según el profesor Iñaki Piñuel, convivir el día a día con un acosador es como tener un “cocodrilo en la habitación”, lo cual es difícil pero no causará los mismos estragos psicológicos y la víctima solo se encontrará en un estado de alerta constante porque comprende lo que le ocurre, cosa contraria si lo ignora seguramente saldrá de la organización o será destruida.
Fuentes:
http://empresa.euroresidentes.com/2008/01/la-intimidacin-verbal-en-la-empresa.html
http://www.foroswebgratis.com/mensaje-re_re_re_re_re_re_re_re_re_problemas_de_inseguridad_y_baja_autoestima-14738-2202926-1-5900347.html
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