Por: Marcos Zaragoza.
Todos hemos escuchado alguna vez de personas que al llegar a un puesto importante ya sea dentro de alguna institución pública o privada, se enfrentan a una situación en la que al no estar preparados para ejercer el poder “pierden el piso” como coloquialmente solemos decir, personas que de pronto tienen sentimientos de ser superiores y se comportan de tal forma que dañan a las personas a su alrededor al minimizarlas auto otorgándose un grado de superiores, no solo posicionalmente dentro de un organigrama, sino como si fueran una especie de seres infalibles o semidioses.
Existe un sindrome llamado "sindrome de hibris" que describe lo que en muchas ocasiones ocurre con estas personas que llegan al poder y que hoy en día causa problemas dentro de las organizaciones causando situaciones de riesgo que pudieran desencadenar el acoso dentro de las organizaciones.
Según el derecho griego, la hibris se refiere a la violencia ebria de los poderosos hacia los débiles. En la poesía y la mitología, el término fue aplicado a aquellos individuos que se consideran iguales o superiores a los dioses. Es decir: LA DESMESURA DEL PODER.1
Hibris es la personificación del atrevimiento, de la transgresión de las normas generales admitidas por la comunidad. Se produce una cadena determinada por el hartazgo, la insolencia y luego viene el castigo (nemesis) como consecuencia final por portar un ego enfermo de hibris.
Hay dos libros, uno de David Owen y J. Davidson (2009) “Hubris syndrome : an acquires personality disorder? A study of US Presidents and UK Prime Ministers over the last 100 years”; y "In Sickness and in Power" (2008) también de David Owen; profundizan este concepto.
De los cuales podemos extraer el comportamiento de una persona enferma de poder basadas en los estudios de Owen:
1. Una propensión narcisista a ver su mundo principalmente como un escenario donde ejercitar su poder y buscar la gloria.
2. Una predisposición para lanzar acciones que puedan dar al individuo una luz favorable, con el fin de embellecer su imagen.
3. Una preocupación desmedida por la imagen y la presentación.
4. Un modo mesiánico de comentar los asuntos corrientes y una tendencia a la exaltación.
5. Una identificación con la nación o una organización hasta el extremo que el individuo valora su punto de vista y sus intereses como idénticos.
6. Una tendencia a hablar de sí mismo en tercera persona o a usar la forma regia de « nosotros ».
7. Una excesiva confianza en su propio juicio y un desprecio por los consejos o las críticas de los demás.
8. Un enfoque personal exagerado, tendente a la omnipotencia, de lo que son capaces de llevar a cabo.
9. Una creencia de que antes de rendir cuentas al conjunto de sus colegas o a la opinión pública, la Corte ante la cual deben responder es: la Historia o Dios.
10. La idea inquebrantable de que aquella Corte les absolverá.
11. Una pérdida de contacto con la realidad, a menudo vinculada a un aislamiento paulatino.
12. Agitación, imprudencia e impulsividad.
13. Una tendencia a privilegiar su « amplia visión » en detrimento de la entereza moral de un derrotero señalado, de modo a pasar por alto la necesidad de contemplar las posibilidades prácticas, los costos y los resultados.
14. Una incompetencia « hubrística », cuando las cosas van mal porque demasiada confianza en sí mismo condujo al líder a desatender los peligros y las trampas generados por su propia política.2
Es común que encontremos estas características en muchas personas que ejercen puestos de “poder” dentro de los esquemas organizacionales tradicionales, en muchas ocasiones este síndrome es detonado por las personas alrededor de ellos que al buscar algún beneficio y ante ello exaltan a quien tiene esa posición, sin darse cuenta del daño que causan tomando este tipo de actitudes dentro de las organizaciones que causan un efecto colateral detonando sobre quienes lo ejercen orgullo y corrupción dentro de las empresas al beneficiar estos en muchas ocasiones a quienes los exaltan y colaboran en el ejercicio de su poder.
Una persona que ya ha sido afectada por el síndrome de hubris o “la enfermedad del poder” suele perder el sentido de su propio mundo, de tal manera que aquellos que se oponen a él se convierten en obstáculos y por lo tanto objetos de acoso.
La solución para este tipo de situaciones no solo se encuentra en las organizaciones como entes responsables de cuidar el bienestar organizacional y de sus empleados, sino en los mismos trabajadores quienes en muchas ocasiones producen un efecto de grandeza en quienes tienen un puesto de mayor jerarquía.
1 Wikipedia, hibris, 18 Feb 2015 - http://es.wikipedia.org/wiki/Hibris
2 Sindrome de hubris, 14 síntomas que mirar en Cristina, Nelson Castro, Urgente24 - http://www.urgente24.com/217692-sindrome-de-hubris-14-sintomas-para-mirar-en-cristina
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