EL MOBBING COMO PROBLEMA SOCIAL.

En la actualidad los problemas sociales que más comúnmente se conocen son aquellos como la pobreza, la desintegración familiar, la violencia, los trastornos mentales, el desempleo, la discriminación, etcétera.

Por lo anterior, es importante saber que como existen éstos problemas en la sociedad, también éstos se desarrollan en todos los ámbitos de la misma, y lo que afecta a alguien, aunque pertenezca a una minoría nos afecta a toda la sociedad entera, cuando una persona realiza conductas antisociales (delito o no) o que atentan contra algo o alguien, ésta persona está atentando contra toda la sociedad, ya que un día atenta contra una sola persona y de algún modo la agresión termina contra ésta, la persona antisocial repetirá contra otra el patrón de conducta que ya tiene arraigado en su psique y así sucesivamente hasta que exista conciencia de dicha conducta en un caso determinado y se actúe en consecuencia para contrarrestarlo.

Del mismo modo descrito, el mobbing resulta ser un problema social, entendido el mobbing según el profesor Iñaki Piñuel como “El continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de lograr su aniquilación o destrucción psicológica y obtener su salida de la organización a través de diferentes procedimientos ilegales, ilícitos, o ajenos a un trato respetuoso o humanitario y que atentan contra la dignidad del trabajador”.

Éste maltrato o conducta antisocial, es realizado por una persona, sutil y manipuladora, por lo tanto, se hacen necesarios una serie de cambios estructurales cuando se detecta en un centro de trabajo.

Se requiere un cambio de políticas empresariales, se requiere un cambio de pensamiento en el área de recursos humanos, y sobre todo dada la naturaleza muchas veces anónima e impune, se debe de crear conciencia de la trascendencia del acoso en el trabajo.

Las empresas al tener conflictos de mobbing les ocurre que tienen mucha rotación de personal en una o varias áreas, sucede que la productividad baja, se pierde tiempo cuando cada persona que colabora en un centro de trabajo y es víctima del mobbing, baja su productividad, su trabajo queda incompleto o mal realizado, ya no labora con el mismo entusiasmo que al principio, etcétera; llega el momento en que la persona talentosa, trabajadora y entusiasta del principio se encuentra mermada en su capacidad a causa del acoso, por lo cual llega el día en el cual toma la determinación de concluir con sus labores en la organización a la que pertenecía o bien es tal su estrés que la empresa es quien decide prescindir de su trabajo, cualquiera que sea el caso, la empresa determina contratar a una nueva persona para el puesto vacante, y tarde o temprano, sucede lo mismo la nueva persona se termina retirando, y cada ocasión de nueva contratación, implica nueva capacitación para dicha persona en el desempeño de las funciones propias del puesto, a las empresas les cuesta tiempo, dinero y errores todo este proceso.

En ocasiones la excesiva rotación no se limita en todos los casos porque nadie sea apto para las exigencias de la labor, las personas caigan en la holgazanería o que no busquen la excelencia en su trabajo, muy probablemente exista algún conflicto que no esté siendo detectado por la organización, que dependiendo de la evaluación profesional que se realice, pueda tratarse de problemas de acoso laboral por parte de integrantes de la organización.

En cuanto a las personas, la afectación desemboca en varias áreas:

Psicológicamente las personas se sientes desvalorizadas, temerosas, angustiadas, desesperanzadas, la fatiga emocional se hace presente; en ocasiones llegan a extremos de la depresión, o a culpabilizarse de la situación de la que son objeto. Son personas talentosas y eficientes, y su trabajo sigue presente, solo que no se desarrolla al máximo potencial, o recaen en errores simples por motivo de su situación emocional.

Físicamente pueden manifestarse síntomas físicos derivados de la angustia y el estrés, como dolores de cabeza, dolor de espalda y cuello, sensación de fatiga, problemas gastrointestinales como la gastritis o colitis, bajan las defensas y se propician las enfermedades respiratorias, y un gran etcétera derivado de lo anterior.

Y evidentemente las consecuencias laborales, reflejadas en las faltas por enfermedad, o baja productividad y fuera del término a que normalmente la persona realizaba su trabajo, se propician las llamadas de atención a causa de los factores físicos y emocionales, se refuerzan las conductas acosadoras, y resulta ser que la persona entró en una espiral donde una consecuencia lleva a la otra, donde cada una de las consecuencias refuerzan a las otras.

Cabe aclarar que no en todos los casos las personas necesariamente tienen la totalidad de las características referidas, sin embargo las conductas de las que son objeto, son por si mismas suficientes para causar daños en una persona promedio y consecuencias suficientemente considerables para las empresas y por consiguiente en las sociedades.

Es por ello que las personas y las empresas deben cobrar conciencia del acoso laboral, que si bien es cierto siempre ha existido, no significa que sea normal o que sus consecuencias no sean trascendentes, o que sea inevitable, ya que el mobbing se hace mas evidente y cobra mayor trascendencia en una sociedad que carece de los suficientes espacios laborales, donde las necesidades económicas son cada vez mayores y las oportunidades son escasas, aunados a la crisis de ética y valores que existen en muchas personas.